El primer sueldo que recibí y la agente aduanal

Candy Belen

Siempre tengo en mi memoria el primer sueldo que recibí. Mi hermana Miriam, quien estaba en el turno de día, llego al vestidor y me dijo:
-Dame el sobre de tu sueldo.
Y se lo di.

Cuando me enviaban a cubrir la barra, en descansos de las compañeras o a la hora de su cena, las propinas que recibía se las daba mi mamá y así fue durante los 25 años que trabaje para Sanborns, que por cierto, nunca me puse a contar cuánto ganaba de propinas. Y las utilidades o aguinaldo, eran para mi madre también. En Navidad, recibía muchos regalos de los clientes, algunos me daban dinero y todo se lo daba a mi mamá y ella me compraba ropa y me daba para el camión.
Me siento muy satisfecha de habler cumplido con mi familia.

En ese entonces, el dólar estaba a $12.50 pesos y mamá se iba a Laredo Texas a comprar cosas para vender a las vecinas. Nos daba risa que, si le costaba algo $2 dólares, mamá lo vendía a $30 pesos y le decía mi padrastro:
-Mujer no te ganas nada…
A lo que le contestaba mi madre:
-Me entretengo, déjeme…

Cierto día, me dijo mamá:
-Mañana que descansas, me acompañas a Laredo. Y así fué.
De regreso, al pasar la aduana de Laredo Mexico, la Srita. Agente de la aduana le dice a mamá:
-Pase por aquí, para revisarle las bolsas.
Las bolsas eran muy grandes y yo traía otras dos bolsas también y como mamá no escuchó y yo bajaba del autobus le dije:
-¡Mamá le hablan! – y al levantar la vista, vi que era una clienta que yo atendía en Sanborns. La Agente me reconoció también y dijo:
-Sigan adelante… – y no nos revisó.

Al casarme y tener a mi primer hija, la Agente me regalo un cobertor, que aún conserva mi hija y le sirve ahora a mi nieta, hermosos recuerdos…

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