La comadrita

Candy Belen

En mi segundo día de trabajo, la jefa me mandó a la Barra del Restaurant por la bandeja de platos sucios; en eso, volteo hacia la pasteleria y veo a la cajera, una muchacha de piel muy blanca y cabello color canela y pensé: “Se parece a la que sale en los libros de lectura de 3ro. ó 4to. de primaria”…  Su nombre es Raquel Solorio, de quién posteriormente platicaré.

En ese día que estuve atendiendo la barra, un señor de cara muy bondadosa me preguntó:
-¿Qué edad tienes?
-Voy a cumplir 16 – le contesté.
-Parece que tienes 12 años y estas jugando a las comiditas – me dijo el señor con una sonrisa.

Desde entonces, el señor y su esposa, cada vez que me tocaba atenderlos en la barra y posteriormente en el restaurant, me decían “comadrita”, incluso pasando el tiempo, cuando ya llevaban a sus hijos, les heredaron mi apodo.

La clásica Barra de Sanborns, junto a la pastelería. Popular por sus cafés, malteadas y pasteles.

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